¡Y no la eligió!

No la eligió a pesar de sus virtudes, a pesar de todo lo que podía ofrecerle.

Él no la eligió aunque conocía sus secretos, sus miedos, sus ambiciones.

Tampoco otra persona, no por miedo ni cobardía, solamente no la eligió porque no llenaba su expectativas.

Y que decir de aquel, aunque así con todas sus locuras supuestamente la quería.

Todos los malditos días ella se preguntaba porque nadie la elegía, cayó en cuenta que estaba dañada, que sencillamente estaba jodida, nadie quería llevar esa carga, aunque el mas fuerte quisiera compartir su vida.

Todos veían la belleza que en sus ojos se escondía, pero era tan difícil seguir su ritmo cuando su cabeza estaba sumida en una total neblina, nadie quería dar ese paso con ella y sacarla a la luz.

¡Estas perdida, no tienes arreglo!, solamente eso le decían, ella lloraba cada noche al ver que nadie se enamoraba de su sonrisa, que nadie quería sentir sus caricias, que nadie luchaba por ella, que nadie quería conocer a esa niña que se escondía en el cuerpo de una mujer, que se levantaba cada día esperando esa llamada, que escribía con lágrimas en los ojos, que caía en cuenta que el tiempo pasaba, que se percataba de que nadie la miraba.

Es que no la eligieron, porque estaba defectuosa, porque una vez amó hasta quedarse sin fuerzas, nadie la elegía porque estaba marcada por sus antiguas batallas.

Y es que no la eligió, porque ya estaba dañada. 

Dependencia.

Estaba sentada en medio de sus temores y deseos, pensando que aquel amor había consumido hasta sus pensamientos, se había robado su pureza y se había aprovechado de su inocencia.

Ya no era tan joven como pensaba, ya no era tan virgen como quería, ya no era tan pura como parecía, algo había cambiado, ya no era la misma, antes no sentía miedo, antes todo era perfecto.

¿Y qué había pasado con ella que ya no se sentía la misma?, había entregado sus sentimientos, cuerpo y ser, dependiendo de su respiro, volviéndose parte de otro, olvidando por completo su entorno.

Su existencia estaba limitada a la sonrisa de quien amaba.

Ya no era ella, solo era su dependencia. 

Ahí estaba...

Y ahí estaba ella, sentada en el lugar de siempre, sola, esperando a que él vuelva, no le quedaba de otra que darse un sorbo de café, suspirar su nombre y volver a pensar en él.

Ahí estaban ella y sus demonios acordándoles cuanta veces ha fallado, cuantas veces a perdido lo anhelado.

Ahí estaba ella ahogando un grito, ahogando sus sentimientos mas profundos, tratando de ser pero no estar, buscando la felicidad en medio de la tristeza.

El café se enfriaba mientras ella pensaba qué estaba mal, qué había hecho o dejado de hacer, cual era la razón del porque si lo quería no lo podía tener.

Pensando en qué arma utilizar, analizando los recuerdos que le quedaban, sufriendo por dentro porque algo la quemaba. 

Ahí estaba ella pensando, porqué ya él no la amaba.

¡Tócame!

Tócame despacio mientras se acelera mi respiración, seduceme con tus besos y levanta mi pasión, olvídate del mundo que mi cuerpo es tuyo.

Quiero sentirte de lleno sobre mi piel, tócame por todas partes que a ti es que quiero tener.

Dame besos en la nuca, en el pecho, y mi sostén, tócame la espalda que en ella comienza mi sudor de placer a caer. 

Apriétame los muslos, mientras mis labios se comienzan a contraer, tócame en las partes que ya se comienzan a humedecer.

Muérdeme la boca y muévete al compás de mis caderas, tócame entera que yo soy tuya como quiera. 


"Es que con tus manos mi cuerpo llega al cielo, olvídate de todos y tócame el cuerpo entero. 

¡Vete!

Vete de mi espacio, porque a mi lado tu nunca estás.

Vete de mis pensamientos que no te quiero recordar.

Vete de mis labios que luchan por pronunciar tu nombre, vete de ellos quiero que tus besos se borren.

Vete de mi lado, no quiero sentir tu cuerpo junto al mio, no quiero sentir que respiramos el mismo aire, no quiero tener nada que ver contigo.

Vete de mis sueños en donde hago realidad mis momentos contigo, vete que no quiero tenerte a mi lado solo como "amigo".

¡No soy!

No soy paz, soy tempestad, de esa tempestad que te re ubica, de esas que te llenan de adrenalina.

No soy perfecta ni siquiera una beldad, pero con mi sonrisa se que te puedo cautivar. 

No soy calor ni tampoco frío, soy el clima perfecto que requiere tu cuerpo cuando estás conmigo. 

No soy la luna ni soy el sol, pero si la chica que te robó el corazón.

Cobardía!

Cobarde me siento al no expresar que te quiero,  a desvelarme cada noche pensando en tu nombre, a tragarme el deseo de tenerte cerca, el escribirte mil cartas que no llegarás a leerlas.

Cobarde soy por no dar la cara, por quedarme sin habla cuando veo que me hablas, por no mirarte a los ojos cuando te tengo en frente, por no expresarte lo que mi yo interior siente.

Cobardía es la palabra que me describe cada día, por no ser capaz de amarte como debería, por no decirte que eres la forma perfecta de sacarme una sonrisa.. 

Cobarde soy por quedarme con esto, todo este tiempo me he estado muriendo por decir a los cuatro vientos que yo a ti te quiero.