¡Quiero plasmarte en una hoja de papel!
Cada pensamiento que tengo hace que se erice mi piel... Esa
sensación que recorre todo mi cuerpo cuando recuerdo tus labios en mis senos,
tu piel junto a la mía, el calor que emanaba nuestros cuerpos vaporizando de
una u otra forma la habitación.
¡Que ganas de perder el control tenia con cada caricia que
me dabas!, no podía concentrarme porque había perdido la razón, solo quería
sentir el cuerpo tuyo sin pensar en el tiempo ni la situación.
Dos desconocidos que estaban de frente en una posición,
cadera con cadera, piernas entrelazadas y un deseo mutuo.
¡Con cuantas ganas me he quedado!, el instinto me falló,
besos que han quedado en desventaja, y un orgasmo que no concluyó.
Tomarte como si solo fueras la única agua que está a mi
disposición, disfrutar del clímax contigo aunque seamos dos desconocidos.
Ser la musa para que me toques como si fuera un instrumento,
sonidos suaves que terminen en gemidos, que cada embestida sea prueba de las
ganas que nos tenemos.
Y es que no solo mi cuerpo quiere sentirte, es que mis
labios quieren que los bautices.
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