Pasa el tiempo, días, semanas, meses y hasta podemos sacar algunos años, pero llega un momento que lo que fue invisible a nuestros ojos en un momento sale a relucir.
Comenzamos a notar ciertas cosas que anteriormente no se habían visto, algunos rasgos llamativos, algunos ojos grandes y hermosos escondidos, algunos labios que te tientan, y ahí se comienza a alimentar una curiosidad que quema.
No es un sentimiento ni una emoción es como un deseo que te incita a la acción.
¿Y a que le tengo curiosidad?
Curiosidad siento de tu boca que quiero besar, de esos labios que quiero rozar, de esa lengua que quiero movilizar, de tu saliva que quiero probar.
Curiosidad siento de tus ojos que quiero mirar, de esa mirada de la que quiero ser dueña cuando me observas, de esos párpados que soy capaz hasta de besar.
Curiosidad siento de tu cuerpo que solo quiero tocar, de tu piel suave que quiero acariciar, de tus lunares que quiero contar y así poder descifrar algún código con un mensaje subliminal.
Curiosidad siento de tus manos que pueden tocar mi piel, acariciar todo mi cuerpo y hacerse dueño de el.
Tengo curiosidad de sentir tu cuerpo en movimiento pegado a mi cuerpo, sintiendo de cerca tu aliento, besándonos sedientos, embriagándonos de nuestro olor ligado con pasión, sexo y sudor.
Y no me importa si son emociones o sentimientos, curiosidad es lo que siento al querer probar tu cuerpo!.
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