Entre besos, caricias y deseos de sentir tu piel, todo era perfecto,
todo fue como lo imaginé.
Tus besos son apasionados, ardientes y con ganas, tu piel es
como el algodón suave, tersa y delicada, tu pelo radiante como el sol que
brilla en los azulejos.
Te robaba besos que encendían la pasión, me susurrabas al
oído que como quería que me hicieras el amor.
Todo era como si lo hubiéramos creado, olíamos el
ambiente a un deseo desbordado, la humedad se hacía presente, era algo más que
hacía que no solo nuestros corazones estuvieran latentes.
Me tocabas los muslos, la entrepiernas con cierta desesperación, estabas tan excitado que el tiempo se detuvo, introducías mis pechos en tu boca, era como si tu vida dependiera de una sola cosa.
Eran unas ganas escondidas que no sabemos cómo pasó, es que
sencillamente amigo mío nuestros cuerpos se compenetraron listos para hacer el
amor.
Me gusta, aunque distinto a mi forma de escribir (donde inicio, incito y termino), en este escrito me dejas con ganas de seguir leyendo.
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