Le hice el amor como si fuera la ultima vez, con la intensidad del primer beso.
Tocaba su cuerpo despacio con cierta excitación, exaltada de la emoción, embriagada por la pasión.
Quería tragármelo y sentirlo de lleno, quería hacerle el amor como si fuera lo ultimo que podía hacer en ese momento, no quería dejar nada inconcluso, quería sentir que en ese instante mi cuerpo era suyo.
¡Y lo toque, lo besé y acaricié como nunca!, cada parte de su cuerpo eran peldaños que yo quería escalar. Lo sentí dentro de mi, desnudo, caliente, y entero, como si fuéramos uno, como si solo hubiera un solo cuerpo.
Embestidas que me dejaban sin aire, esos besos tan apasionados, esas miradas que buscaban la respuesta a ese deseo tan descarado.
Y ahí estaba él, desnudo a mi lado, acabado de entregar todo de si, sediento con mas deseos de seguir.
Es que le hice el amor, sin tener miedo de que llegara a su fin.